El proyecto fue aprobado en la cámara y senado de Texas, falta la firma del gobernador. Ruby Guzmán con el reportaje.
HOUSTON - El gobernador de Texas, Greg Abbott, tiene sobre su escritorio el texto de la norma que a partir del 1 de septiembre podría prohibir la venta de productos que contengan tetrahydrocannabinol o THC, la sustancia activa de la marihuana.
El Senado y la Cámara de Representantes de Texas aprobó el proyecto de ley SB3, el cual contó con el decisivo impulso del vicegobernador Dan Patrick, quien se convirtió en uno de sus mayores defensores.
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MIRA AQUÍ GRATIS Se estima que la industria del hachis mueve alrededor de $8 billones al año en estado y genera unos 50,000 trabajos a lo largo y ancho de Texas.
Hasta el momento, ha llamado la atención el silencio del gobernador Abbott sobre este tema, dado que ha sido muy vocal en sus redes sociales sobre otros proyectos que fueron aprobados por la legislatura.
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Por ejemplo, este miércoles celebró el hecho de que la legislatura -mayoritariamente republicana- aprobó proyectos como el que establece mayor potestad a los maestros del estado para disciplinar a estudiantes. “Debemos restaurar la disciplina en nuestras escuelas”, dijo en su cuenta de X.
Así mismo, hizo énfasis en la decisión que la legislatura pasara el proyecto que fuerza a las escuelas a reportar conductas sexuales o de acoso “No más encubrimiento”, escribió Abbott.
En una comunicación del secretario de prensa de la Gobernación de Texas, Andrew Mahaleris, este dijo que "el gobernador Abbott revisará completamente cualquier legislación enviada a su escritorio", sin referirse al proyecto sobre la prohibición de los productos con THC.
El proyecto contempla que los negocios podrán seguir vendiendo productos no psicoactivos.
Texas convirtió en ley la venta de productos derivados del hachis en 2019, pero en la norma quedó un vacío legal que ha sido explotado por los más de 8,000 productores que expenden productos comestibles, bebidas y para fumar, entre otros.
Es por ello, que líderes de esta industria han pedido al gobernador que vete el proyecto y no lo convierta en ley debido a las implicaciones económicas.
Hasta el momento, ni el gobernador ni su oficina han dado señal sobre cómo procederán con respecto a este proyecto aprobado por la legislatura de Texas.
