HOUSTON - Este viernes el gobernador de Texas, Greg Abbott, instó a los residentes del este del estado a prepararse ante los posibles efectos de la tormenta tropical que -todo parece- se enruta hacia el estado de Luisiana.
"Continuaremos monitoreando esta tormenta y trabajando para que las autoridades locales tengan los recursos necesarios para responder adecuadamente si la tormenta llega a aproximarse a Texas", dijo el gobernador en una rueda de prensa este viernes en la tarde.
Cristóbal -según los pronósticos- tocará tierra como tormenta tropical en alguna parte de la zona costera de Luisiana entre el domingo y el lunes en la madrugada.
No obstante puede dejar lluvias intensas sobre zonas como Beaumont y otras aledañas en Texas.
Abbott insitió en la necesidad en que la comunidad se siga protegiendo contra la pandemia del coronavirus, la cual todavía está presente en la comunidad.
En los últimos días se ha visto un incremento en el número de ingresos en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de varias ciudades por COVID-19, situación que ya ha sido alertada por autoridades locales, como en el caso del Condado Harris, en el área metropolitana de Houston.
El Departamento de Servicios de Salud del Estado reveló que este jueves se produjeron 1,649 casos más de COVID-19, con lo que el total de casos reportados se ubica cerca de los 67,000.
Así mismo, se reportaron 1,796 hospitalizaciones, un aumento de 309 en un día y el tercer total más alto desde que el brote surgió en Texas.
Adicionalmente, hubo 33 nuevas muertes con lo que el número llega a 1,767.
Texas inició esta semana la "Fase 3" de reapertura de la actividad económica que permitió a los minoristas acomodar el 50% de la capacidad de inmediato. Lo mismo se aplica a los bares siempre y cuando los clientes estén sentados.
Los restaurantes pueden servir a grupos de hasta 10 personas y pueden expandirse al 75% de su capacidad total a partir del 12 de junio próximo. También permite celebraciones al aire libre del 4 de julio de 500 o más a discreción de los funcionarios locales.
La orden también permite que los parques de atracciones expandan gradualmente la capacidad. Se supone que todos deben seguir los estándares de salud y distancia social recomendados por los funcionarios estatales y federales.
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