En tan solo semanas, el mundo ha cambiado, la vida ha cambiado y también la manera de interactuar. Esto, debido a que la propagación rápida y peligrosa del COVID-19 ha alejado físicamente a muchas familias.
Sin embargo, lo que este virus no ha podido alejar es el amor que Ramón y Jessy sienten por su hija embarazada y su pequeña nieta.
Luego de pasar una semana sin verlas, el amor pudo más y, aunque los abuelos sabían que no podían abrazarlas, decidieron ir a verlas aunque fuera a través de un cristal.
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"Nomás así de lejitos, no queremos enfermarla a ella de ninguna manera", dijo Jessy visiblemente feliz de ver la sonrisa de la pequeña.
La hija de la pareja y madre de la pequeña está a la espera de otro bebé, por lo que tanto Jessy como Ramón dicen que prefieren verlas a través de un cristal.
"Por precaución", dice Ramón, quien no paraba de mostrarle cariño a su pequeña nieta.
Este gesto deja en claro que el amor puede soportar pruebas, incluso esta que ha alejado físicamente a las familias, pero que las mantiene unidas por el amor.
