Una encuesta reciente de más de 100,000 viajeros en la frontera suroeste encontró que la gran mayoría de los viajes transfronterizos de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales se realiza para fines que no se consideran esenciales.
Para responder a la actual crisis de salud pública y proteger a las comunidades locales de esta frontera, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) está tomando medidas para desalentar este tipo de viajes hacia y desde México para limitar la propagación del coronavirus (COVID-19) en los Estados Unidos.
Ante esto, CBP está ajustando sus operaciones en diferentes puertos de entrada para ayudar con la reducción del movimiento de viajeros no esenciales. En el área de El Paso los cambios se han implementado en los cruces de Paso del Norte, Puente de las Américas, Ysleta y Stanton.
Los agentes de CBP en los puertos de entrada podrán tomar la decisión de remitir a los viajeros no esenciales a una inspección secundaria para investigar más a fondo la naturaleza de su viaje y, además, proporcionarles material educativo del Aviso de Salud para Viajeros y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) con el fin de garantizar una comprensión eficaz sobre las restricciones de viaje y los riesgos que implican los viajes transfronterizos.
Los viajeros no esenciales deben esperar más interrupciones en su viaje, incluido un aumento en los tiempos de espera y la posibilidad de una inspección secundaria.
Cabe destacar que las cadenas de suministro, incluido el transporte por carretera, no están sujetas a restricciones temporales de viaje, por lo que CBP se mantiene firme en su compromiso de facilitar el movimiento transfronterizo de alimentos, combustible, trabajadores y medicamentos que salvan vidas y que son necesarios para proteger a los ciudadanos estadounidenses.
