Los equipos de rescate brasileños recuperaron el sábado los cadáveres de todas las 62 personas que iban a bordo de un avión que se desplomó en la víspera en el estado de Sao Paulo, al tiempo que sus familiares comenzaban a reunirse en la metrópoli para identificar y enterrar a sus seres queridos.
El avión, un bimotor de turbohélices ATR 72-500 de la aerolínea brasileña Voepass, se dirigía al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, con 58 pasajeros y cuatro tripulantes a bordo cuando se estrelló en la ciudad de Vinhedo.
En un principio, la aerolínea señaló que su avión llevaba 62 personas a bordo, luego indicó que eran 61 y el sábado temprano volvió a subir el número a 62 una vez que determinó que un pasajero llamado Constantino Thé Maia no figuraba en la lista original.
VoePass explicó que tres pasajeros con identificaciones brasileñas también llevaban documentos venezolanos, y uno de ellos tenía documentos portugueses.
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El gobierno del estado de Sao Paulo informó en un comunicado que las operaciones de rescate finalizaron a las 6:30 de la tarde hora local, con la identificación de los cuerpos del piloto y copiloto por parte de peritos forenses. Entre los restos de la aeronave había 34 cadáveres de hombres y 28 de mujeres, de acuerdo con el gobierno.
Antes, Maycon Cristo, vocero del Departamento de Bomberos local, dijo a periodistas en Vinhedo que se utilizó un cabrestante para retirar del lugar partes del armazón del avión.
Las autoridades brasileñas comenzaron el viernes a trasladar los cadáveres a la morgue y pidieron a los familiares de las víctimas que proporcionaran cualesquier análisis médicos, radiografías o exámenes dentales para ayudar a identificar a los fallecidos. También se realizaron análisis de sangre para contribuir en los esfuerzos de identificación.
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Las imágenes grabadas por testigos mostraban como el avión caía en barrena hasta estrellarse contra el piso en el interior de una comunidad residencial cerrada. El fuselaje quedó consumido por el incendio posterior. Los residentes indicaron que no hubo heridos en tierra.
La lluvia caía sobre los rescatistas que recuperaban los primeros cadáveres en pleno invierno en el hemisferio sur. Algunos residentes abandonaron la comunidad en silencio para pasar la noche en otro lugar. No se vio que ninguno regresara el sábado.
Fue el incidente aéreo más letal en el mundo desde enero de 2023, cuando 72 personas murieron a bordo de un avión de Yeti Airlines en Nepal que se estrelló cuando se disponía a aterrizar. Ese aparato también era un ATR 72, y el informe final atribuyó el siniestro a un error del piloto.
Metsul, una de las empresas meteorológicas más renombradas de Brasil, señaló el viernes que hubo reportes sobre formación severa de hielo en el estado de Sao Paulo cerca del momento del desplome de la aeronave. Los medios locales citaron a expertos que señalaban a la formación de hielo como posible causas de su caída.
En un video compartido el sábado en redes sociales se muestra a un piloto de Voepass diciendo a los pasajeros de un vuelo de Guarulhos a la ciudad de Cascavel, el mismo punto de partida del aeropuerto accidentado, que el ATR 72 había volado sin riesgos alrededor del mundo durante décadas. También pidió a los pasajeros que fueran respetuosos con la memoria de sus colegas, y la empresa, y pidió oraciones.
“Fue una fatalidad. El piloto era mi amigo personal. Conocía a toda la tripulación desde hace mucho”, dijo el piloto no identificado. “Somos profesionales, tenemos familia. Esta tragedia no sólo afecta a quienes perecieron en este accidente. Nos afecta a todos. Estamos dando todo nuestro corazón, todo nuestro mejor esfuerzo para estar aquí y cumplir con la misión de trasladarlos con seguridad y comodidad a su destino”.
La policía local restringió el acceso a la principal entrada de una de las morgues de Sao Paulo, donde se identificaba a los fallecidos. Algunos familiares de las víctimas llegaron a pie y en furgonetas. No hablaron con los medios, y las autoridades locales pidieron que no los filmaran conforme llegaban.
Un vuelo en que viajaban más familiares desde el estado de Paraná aterrizó por la tarde en el aeropuerto internacional Guarulhos-Sao Paulo, y también decidieron no hablar con los periodistas. Se preparó una furgoneta proporcionada por la aerolínea para trasladarlos a la morgue.
Muchos familiares se reunieron en un hotel del centro de Sao Paulo, rechazando hasta el momento hablar con los medios.
Cuando un ATR 72-200 de American Eagle se estrelló el 31 de octubre de 1994, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos determinó que la posible causa del siniestro fue la formación de hielo mientras el aparato daba vueltas a la espera para aterrizar. El avión giró a unos 2.400 metros (8.000 pies) y se precipitó al suelo, provocando la muerte de las 68 personas que iban a bordo. La Administración Federal de Aviación estadounidense emitió directrices operativas para los ATR y aviones similares en las que se pedía a los pilotos que no utilizaran el piloto automático en condiciones de hielo.
Pero el experto brasileño en aviación Lito Sousa advirtió que las condiciones meteorológicas por sí solas no explican por qué el aparato se precipitó de la forma en que lo hizo.
“Analizar un accidente aéreo sólo con imágenes puede llevar a conclusiones erróneas sobre las causas”, dijo Sousa a The Associated Press por teléfono. “Pero podemos ver un avión con pérdida de sustentación, sin velocidad horizontal. En esta condición de giro plano, no hay forma de recuperar el control del avión”.
La Fuerza Aérea de Brasil informó el sábado que ambas cajas negras del avión habían sido enviadas a su laboratorio de análisis en la capital, Brasilia. Se espera que los resultados de sus investigaciones se publiquen dentro de 30 días, dijo.
Marcelo Moura, director de operaciones de Voepass, dijo el viernes por la noche a reporteros que, aunque se pronosticó la formación de hielo, ésta se encontraba en los niveles aceptables para la aeronave.
Asimismo, el teniente coronel Carlos Henrique Baldi, del centro de investigación y prevención de accidentes aéreos de la Fuerza Aérea Brasileña, explicó a reporteros en una rueda de prensa al final de la tarde que era demasiado pronto para confirmar si el hielo había causado la caída.
El avión está “homologado en varios países para volar en condiciones severas de hielo, incluso en países distintos al nuestro, donde el impacto del hielo es mas significativo”, dijo Baldi, que dirige la división de investigación de la institución.
En un comunicado previo, el centro apuntó que los pilotos no pidieron ayuda ni reportaron condiciones meteorológicas adversas. Tampoco había evidencias de que trataron de contactar con los controladores de los aeropuertos regionales, explicó el ministro de Puertos y Aeropuertos, Silvio Costa Filho, a periodistas el viernes en la noche en Vinhedo.
La Policía Federal brasileña abrió su propia investigación y movilizó a especialista en siniestros aéreos y en identificación de víctimas a la zona, apuntó en un comunicado.
El gobierno del estado de Sao Paulo informó el sábado temprano que habían recuperado 21 cadáveres del sitio del accidente, y que dos cuerpos ya habían sido identificados.
El fabricante franco-italiano ATR indicó en un comunicado que había sido informado del accidente con un aparato del modelo ATR 72-500 y que estaba “completamente comprometida con el respaldo tanto de la investigación como del cliente”.
Los ATR 72, construidos por un emprendimiento conjunto entre la francesa Airbus y la italiana Leonardo S.p.A., suelen emplearse para vuelos cortos.
De acuerdo con una base de datos de la Red de Seguridad Aérea, los accidentes con ATR 72 se han saldado con 470 muertos desde la década de 1990.
Las autoridades brasileñas empezaron a trasladar los cadáveres a la morgue el viernes y pidieron a las familia de las víctimas que aporten cualquier examen médico, radiográfico y dental posible para facilitar la identificación. También se realizaron análisis de sangre.
Costa Filjo, el ministro de aeropuertos, señaló que el centro de la fuerza aérea también llevará a cabo una pesquisa sobre la caída del avión.
“Investigaremos para que este caso se explique plenamente al pueblo brasileño”, comentó.
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Sá Pessoa reportó desde Sao Paulo y Koenig desde Dallas. La videoperiodista de The Associated Press Tatiana Pollastri contribuyó a este despacho.